Comentario
Al comienzo de la civilización sumeria, la economía de autosubsistencia que caracteriza a las ciudades-estado y ciudades-templo hace que la mayoría de la población se encuentre apenas indiferenciada bajo la autoridad de un en, lugal o ensi, trabajando en la agricultura o la artesanía controladas por el templo. Al mismo nivel que éste, el palacio también tiene una gran cantidad de personal a su servicio, aunque cuenta con la particularidad de poder controlar, si ello es necesario, un contingente militar, para la defensa de la ciudad.
Las fuentes indican que entre los sumerios existieron tres grandes grupos sociales. La primera en la escala social era la denominada lu (hombre), integrada por los dirigentes políticos y religiosos, los funcionarios y una gran masa de trabajadores libres, nombrada con los términos gurush (hombre) y eren (trabajador). Ambos términos son también utilizados para referirse a los trabajadores reclutados para la construcción de obras públicas o la milicia.
El segundo grupo se caracterizaba por su obligación de trabajar para el lugal, es decir, personas semi-libres. Son los llamados shub-lugala. Por último, la escala inferior la ocupaban los esclavos, cuyo número es difícil de precisar y cuya característica principal debió ser la privación de libertad. Fundamentalmente desempeñaban los mismo trabajos que los hombres libres.